Fuente: El Nacional (Venezuela), 22 de Junio de 2012
El mandatario de Irán, Mahmud
Ahmadineyad, volverá a Venezuela después de su última visita, en enero
pasado.
Expertos prevén que en su encuentro con el presidente Hugo Chávez darán rienda suelta a su retórica antiimperialista para convencer a sus países de que sus proyectos tienen apoyos. Así opacarán las polémicas y los escasos avances de su relación comercial.
No hay claridad sobre la visita. Se sabe que llegará a Caracas hoy. "Vendrá porque está en la cumbre de Río+20. Seguro habrá una reunión con Hugo Chávez. Puede que firmen convenios, pero no hay nada definitivo", indicaron fuentes diplomáticas.
Esta será la sexta visita de Ahmadineyad desde que asumió el poder, en agosto de 2005. Se produce en un momento de polémica. La República Islámica no ha detenido su programa de desarrollo de energía nuclear, como ha exigido el Consejo de Seguridad de la ONU desde 2006.
El mandatario de Venezuela dijo la semana pasada que se adelantaba en el país una fábrica de aviones no tripulados, para el sector militar en el que parece avanzar la cooperación.
Washington pidió el martes a Caracas no violar las sanciones impuestas por Naciones Unidas al país persa en materia militar.
El Departamento de Estado norteamericano sancionó en 2011 a PDVSA por violar la Ley Integral de Sanciones, Responsabilidad y Desinversión contra Irán. A Cavim le ocurrió algo similar por intentar mandarle explosivos.
Es previsible que la confrontación con Estados Unidos esté presente en la visita. "La retórica antiimperialista tiene sus limitaciones. Hoy Teherán está más interesado en lograr un acuerdo sobre su plan nuclear. Sus dirigentes son cautos. Ahmadineyad pagará favores; va a una Venezuela, donde hay descontento interno, para apoyar a Chávez y demostrar en su país que tiene amigos en el exterior", indicó el investigador Paulo Botta.
"El objetivo es complementar los proyectos conjuntos en sectores como el industrial y el militar. Irán ayuda a construir aviones no tripulados y parece que hay cooperación en el desarrollo de misiles", explicó Arshin Adib−Moghaddam, profesor de la Universidad de Londres.
Un informe de Botta revela que el país ha servido a la República Islámica para abrir las puertas de América Latina pero en lo comercial, la alianza no ha sido efectiva. En 2006 el intercambio fue de 54 millones de dólares, en 2007, 51 millones y en 2008, 72 millones.
"En 2009 creció en 2010 declinó; en 2011 cayó cerca de 20%. Ellos tienen limitaciones estructurales en sus capacidades de relacionamiento; no es compatible lo que se necesita comprar con lo que se vende.
Se ha avanzado con construcción y ensamblaje de tecnología básica. Irán necesita tecnología que nadie en la región puede dar, o alimentos, que exportan Brasil, Argentina y Uruguay", explicó Botta.
Ambos países han firmado cerca de 370 acuerdos. "Se sellaron tantos, en tantas áreas, que se perdió el control de lo que había y de su factibilidad", advirtió Botta.
En 2006 se fundó la empresa venezolano−iraní Venirauto, encargada del ensamblaje de los vehículos Centauro y Turpial. Está bajo investigación parlamentaria por presunto daño patrimonial. Su presidente, Rafael Bolívar, reconoció en mayo ante la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional que debía a los persas 104 millones de dólares por kits de carrocería; no han alcanzado la meta de ensamblar 16.000 unidades anuales de 2007 a 2011 hicieron 12.983− y la transferencia tecnológica con lo que Caracas justifica los acuerdosse acerca a 2,38% para los carros Turpial y 3,73% para los Centauro.
La empresa mixta Fanabi, creada en 2007, iba a ensamblar 100.000 bicicletas por año, pero datos oficiales arrojan que en 2010 se armaron 3.960 por mes.
Otra compañía es la cementera Cerro Azul, bajo investigación parlamentaria. Los trabajos, que debieron finalizar en 2008, seguían inconclusos en agosto. Por eso no produce el millón de toneladas métricas de cemento esperadas.
El presidente Chávez dijo en octubre de 2010 que los iraníes levantarían 50.000 unidades habitacionales. La empresa Kayson Company debía construir 10.008 en urbanismos en Lara y Carabobo, y 7.000 en Ciudad Caribia, Vargas, urbanización donde hace días un ventarrón levantó una pared de un apartamento.
Expertos prevén que en su encuentro con el presidente Hugo Chávez darán rienda suelta a su retórica antiimperialista para convencer a sus países de que sus proyectos tienen apoyos. Así opacarán las polémicas y los escasos avances de su relación comercial.
No hay claridad sobre la visita. Se sabe que llegará a Caracas hoy. "Vendrá porque está en la cumbre de Río+20. Seguro habrá una reunión con Hugo Chávez. Puede que firmen convenios, pero no hay nada definitivo", indicaron fuentes diplomáticas.
Esta será la sexta visita de Ahmadineyad desde que asumió el poder, en agosto de 2005. Se produce en un momento de polémica. La República Islámica no ha detenido su programa de desarrollo de energía nuclear, como ha exigido el Consejo de Seguridad de la ONU desde 2006.
El mandatario de Venezuela dijo la semana pasada que se adelantaba en el país una fábrica de aviones no tripulados, para el sector militar en el que parece avanzar la cooperación.
Washington pidió el martes a Caracas no violar las sanciones impuestas por Naciones Unidas al país persa en materia militar.
El Departamento de Estado norteamericano sancionó en 2011 a PDVSA por violar la Ley Integral de Sanciones, Responsabilidad y Desinversión contra Irán. A Cavim le ocurrió algo similar por intentar mandarle explosivos.
Es previsible que la confrontación con Estados Unidos esté presente en la visita. "La retórica antiimperialista tiene sus limitaciones. Hoy Teherán está más interesado en lograr un acuerdo sobre su plan nuclear. Sus dirigentes son cautos. Ahmadineyad pagará favores; va a una Venezuela, donde hay descontento interno, para apoyar a Chávez y demostrar en su país que tiene amigos en el exterior", indicó el investigador Paulo Botta.
"El objetivo es complementar los proyectos conjuntos en sectores como el industrial y el militar. Irán ayuda a construir aviones no tripulados y parece que hay cooperación en el desarrollo de misiles", explicó Arshin Adib−Moghaddam, profesor de la Universidad de Londres.
Un informe de Botta revela que el país ha servido a la República Islámica para abrir las puertas de América Latina pero en lo comercial, la alianza no ha sido efectiva. En 2006 el intercambio fue de 54 millones de dólares, en 2007, 51 millones y en 2008, 72 millones.
"En 2009 creció en 2010 declinó; en 2011 cayó cerca de 20%. Ellos tienen limitaciones estructurales en sus capacidades de relacionamiento; no es compatible lo que se necesita comprar con lo que se vende.
Se ha avanzado con construcción y ensamblaje de tecnología básica. Irán necesita tecnología que nadie en la región puede dar, o alimentos, que exportan Brasil, Argentina y Uruguay", explicó Botta.
Ambos países han firmado cerca de 370 acuerdos. "Se sellaron tantos, en tantas áreas, que se perdió el control de lo que había y de su factibilidad", advirtió Botta.
En 2006 se fundó la empresa venezolano−iraní Venirauto, encargada del ensamblaje de los vehículos Centauro y Turpial. Está bajo investigación parlamentaria por presunto daño patrimonial. Su presidente, Rafael Bolívar, reconoció en mayo ante la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional que debía a los persas 104 millones de dólares por kits de carrocería; no han alcanzado la meta de ensamblar 16.000 unidades anuales de 2007 a 2011 hicieron 12.983− y la transferencia tecnológica con lo que Caracas justifica los acuerdosse acerca a 2,38% para los carros Turpial y 3,73% para los Centauro.
La empresa mixta Fanabi, creada en 2007, iba a ensamblar 100.000 bicicletas por año, pero datos oficiales arrojan que en 2010 se armaron 3.960 por mes.
Otra compañía es la cementera Cerro Azul, bajo investigación parlamentaria. Los trabajos, que debieron finalizar en 2008, seguían inconclusos en agosto. Por eso no produce el millón de toneladas métricas de cemento esperadas.
El presidente Chávez dijo en octubre de 2010 que los iraníes levantarían 50.000 unidades habitacionales. La empresa Kayson Company debía construir 10.008 en urbanismos en Lara y Carabobo, y 7.000 en Ciudad Caribia, Vargas, urbanización donde hace días un ventarrón levantó una pared de un apartamento.
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