En medio de un ambiente enrarecido por las protestas y el escaso apoyo interno asumió su segunda presidencia Mahmud Ahmdineyad en el parlamento iraní. Una ceremonia a la que faltaron muchos miembros de la elite gobernante iraní, mientras la oposición se manifestaba en el exterior y sus principales referentes (Jatami, Mousavi, Karrubi) anunciaban que no iban a apoyar a este gobierno por considerarlo ilegítimo.
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Las próximas dos semanas serán decisivas, en ese periodo el nuevo presidente deberá presentar un gabinete para que sea aprobado por el parlamento, un tramite que le resultó bastante complicado en septiembre de 2005 y seguramente lo será aún más en este período.
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