lunes, 2 de agosto de 2010

Lula ofrece asilo a Sakineh Mohammadi Ashtiani

El caso de Sakineh Mohammadi Ashtiani ha estado en el último mes en las primeras planas de la prensa internacional. Esta mujer de 43 años fue condenada en 2006 por adulterio a morir lapidada lo cual ha generado una amplísima reacción internacional para que las autoridades iraníes consideren la modificación de esa sentencia máxime cuando la revisión del juicio ha puesto en manifiesto muchas irregularidades en el proceso.

En este contexto y en medio de la campaña electoral presidencial de Brasil el actual presidente Lula da Silva ha pedido al gobierno de Irán que considere la posibilidad de que la mujer iraní pueda viajar a Brasil donde se le daría asilo.



Aunque no ha habido ninguna respuesta oficial por parte de Irán ni la propuesta brasilera ha sido recogida por ningún medio de prensa iraní, familiares de la mujer condenada han dicho que se les ha comunicado que el ofrecimiento de Lula será considerado en esta misma semana.

Este caso ha vuelto a demostrar la facilidad con la que el gobierno iraní genera choques con la opinión pública internacional. Aunque es cierto que la pena de muerte existe en muchos países (solo para mencionar algunos hablaremos de Estados Unidos, China, Japón y Arabia Saudita), la lapidación es particularmente cruel y repulsa profundamente a la mayoría de las personas.

El gobierno de Irán no acierta a comprender que la opinión pública es un elemento esencial que no puede ser dejado de lado a la hora de analizar las relaciones internacionales. Ningún gobierno occidental daría un solo paso hacia Irán si con ello corriera el riesgo de perder su apoyo popular (y electoral).

El ofrecimiento de Brasil, un país considerado como amigo por parte de Irán, dificilmente pueda ser ignorado. Ello agregaría más aislamiento a Irán.

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