jueves, 27 de enero de 2011

Irán en América Latina

El nuevo gobierno de Brasil sigue dando señales de una nueva política con respecto a Irán. El ministro de relaciones exteriores, Antonio Patriota, ha mantenido la posición tradicional del país sobre la escasa utilidad de las sanciones internacionales y su posibilidad de que genere un cambio con respecto al programa nuclear iraní al decir que "Es debatible si las (sanciones) están produciendo un efecto deseable".

Sin embargo, también ha afirmado que Brasil no planea nuevos intentos para mediar entre las potencias mundiales y Teherán, marcando de esa manera una diferencia notable con el gobierno de Lula. Tal como lo señalábamos días pasado en este blog, Rousseff busca priorizar su relación con los Estados Unidos evitando temas que puedan dar lugar a susceptibilidades. La próxima visita de Obama a Brasil (y a Chile) será un buen momento para mostrar este acercamiento por lo que es probable que las relaciones irano-brasileras ingresen en una etapa de tibios contactos, por lo menos en el campo político, sin generar titulares de prensa.

Al respecto, y hablando del viaje de Obama a América Latina (El Salvador, Brasil y Chile), demuestra una vez más la escasa relevancia de Argentina en la agenda de Washington. Obama no visitará Buenos Aires porque a pesar de las buenas relaciones no hay una agenda de temas a discutir. 

En cuanto a Irán, los decisores argentinos deberían tomar nota y considerar seriamente un cambio de política. En los últimos años la administración Kirchner (tanto la de Néstor Kirchner entre 2003 y 2007 como la de Cristina Fernández de Kirchner desde 2007 hasta la actualidad) han creido que chocando con Irán sería bien recibido por los Estados Unidos y que esta actitud acercaría a Washington y Buenos Aires. Siguiendo esta línea de pensamiento ambos presidente argentinos acusaron a Irán de no colaborar en la investigación de los atentados terroristas ocurridos en Buenos Aires en sus discursos de la sesión de apertura de la Asamblea General de Naciones Unidas en 2007, 2008, 2009 y 2010. Esta sobreactuación se hizo pensando en Washington y en menor medida en Israel. Ahora resulta que ni siquiera esa postura ha ayudado a que Argentina sea considerada. Es un tema para pensar.

Finalmente, en Uruguay se sigue debatiendo acerca de la pertinencia o no de que legisladores de ese país visitaran Irán en el marco de una gira por países de África del Norte y Medio Oriente que ha incluido además a Líbano, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Libia. Da la sensación de que algunos sectores políticos uruguayos quieren ser más papistas que el Papa. Las críticas tienen un sentido en clave de política interna y no como ejemplos de distintos esquemas de ínserción internacional del país.  


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