El presidente iraní Mahmud Ahmadaniyad ha presentado esta semana al Parlamento un proyecto tendiente a terminar con los subsidios del sector energético (electicidad, gas, combustibles). Esta medida puede tener importantes consucuencias económicas y sociales en un país donde el litro de combustible cuesta alrededor de 0,10 €.
El proyecto contempla reducir en forma escalonada los subsidios durante los próximos tres años y los economistas indican que esta medida podría aumentar la inflación en un contexto bastante problemático para la economía iraní.
No solo el sector energético, sino también otros sectores de le economía iraní son subsidiados fuertemente por el gobierno. Se calcula que anualmente el estado paga 100 billones de dólares en subsidios directos e indirectos con los consecuentes efectos distorsionadores en la economía.
Con precios internacionales del petroleo cayendo hacia los 40 dólares el barril, las posibilidades de una política de este tipo se desdibujan a la vez que se complican las posibilidades de Ahmadeniyad de cumplir con sus compromisos electorales a seis meses de las próximas elecciones presidenciales.
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