El ingreso de Brasil y Turquía al escenario de confrontación entre Irán y Estados Unidos amenaza con abrir nuevos frentes allí donde Washington pensaba que todo estaba en orden. Luego de sumar el silencio chino y una tímida aprobación rusa (en este caso el mismo Ahmadineyad se ha encargado de tensar las relaciones con Moscú con arengas populistas que harían morir de envidia a cualquier socialista-nacionalista-antiimperialista del siglo XX o XXI), parecía que todo esta listo para aumentar la presión sobre Irán.
Así, en ese preciso momento, Lula decidió que a pocos meses de abandonar el poder podía (y debía) trabajar para la paz mundial (a la estatura internacional de Brasil eso le va mejor que peleas de niños como las de Argentina y Uruguay o las del inefable Hugo Chávez hacia sus vecinos) y se metió de lleno en el tema iraní.
Luego de la declaración de Irán, Brasil y Turquía del 17 de Mayo y de la carta oficial de Irán a la AIEA del 24 de Mayo el peor escenario es una salida diplomática y Brasil es culpable. La Secretaria de Estado, Hillary Clinton ha dicho el 27 de Mayo en un evento en la Brookings Institution que existe un gran desacuerdo con Irán sobre este punto y que permitir que Irán gane tiempo hace al mundo menos seguro.
La respuesta de Brasil no se hizo esperar, desde el III Foro de la Alianza de Civilizaciones que se celebra en Río de Janeiro Lula ha dicho que lo que vuelve más peligroso al mundo es la existencia de armas nucleares. El que quiera entender que entienda.
Más allá de los Estados Unidos quien tiene más que perder es el Estado de Israel: Netanyahu debió suspender su asistencia a la Cumbre de Seguridad Nacional de Washington debido a que varios países querían incorporar el tema de la posesión israelí de armas nucleares, el periódico inglés The Guardian reveló documentos sobre la cooperación nuclear entre Israel y Sudáfrica durante los años del apartheid (puede verse este artículo en Foreign Policy), y el documento final de la Conferencia de Revisión del TNP del 27 de Mayo pide a Israel que se sume al TNP y habla de una futura zona libre de armas nucleares en Medio Oriente. A pesar de la oposición de los Estados Unidos los países de la región lograron incluir este punto (críticos acerca de la relación entre Israel y Estados Unidos han lanzado una nueva campaña, al respecto puede verse el artículo del presente número de The New York Review of Books de Peter Beinart).
Más allá de los Estados Unidos quien tiene más que perder es el Estado de Israel: Netanyahu debió suspender su asistencia a la Cumbre de Seguridad Nacional de Washington debido a que varios países querían incorporar el tema de la posesión israelí de armas nucleares, el periódico inglés The Guardian reveló documentos sobre la cooperación nuclear entre Israel y Sudáfrica durante los años del apartheid (puede verse este artículo en Foreign Policy), y el documento final de la Conferencia de Revisión del TNP del 27 de Mayo pide a Israel que se sume al TNP y habla de una futura zona libre de armas nucleares en Medio Oriente. A pesar de la oposición de los Estados Unidos los países de la región lograron incluir este punto (críticos acerca de la relación entre Israel y Estados Unidos han lanzado una nueva campaña, al respecto puede verse el artículo del presente número de The New York Review of Books de Peter Beinart).
El problema ya no es que el tema iraní se solucione por vías pacíficas y que se acepte el derecho de Irán a desarrollar este tipo de tecnología sino que la presión internacional se oriente hacia Israel y su posesión de armas nucleares.
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