Siguiendo con las medidas internacionales de presión hacia el gobierno de Irán, Australia ha implementado nuevas sanciones además de las establecidas en la Resolución 1929 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Así, el 15 de Junio se impusieron medidas de ese tipo a dos instituciones iraníes: Banco Mellat y la Línea Naviera de la República Islámica (Islamic Republic of Iran Shipping Line) y a un individuo (el General de los Pasdaranes Rostam Qasemi).
El gobierno australiano ha decidido imponer restricciones financieras y de movilidad a 98 instituciones y 12 individuos más.
Sobre estas sanciones y las impuestas por la Unión Europea en esta misma semana se ha publicado in interesante artículo en el sitio web de IFW donde se determina de que manera estas medidas afectan a actividades económicas concretas relacionadas con la República Islámica de Irán.
Desde Teherán, por su parte, se están enviando señales inequívocas que expresan la voluntad de volver a la mesa de negociaciones. De todas maneras, la situación actual no es la del año pasado durante las reuniones de Ginebra y Viena. Todo indica que Irán deberá poner sobre la mesa compromisos concretos y realizables y no solo reuniones y fotos de familia acompañadas de expresiones de buena voluntad. La delicada situación económica interna y el impacto de las nuevas sanciones internacionales hacen que un acuerdo diplomático sea la mejor salida disponible para Irán.
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