En el caso boliviano, el último encuentro entre los presidentes había ocurrido hacía dos meses cuando el 24 de septiembre de este año Morales y Ahmadineyad tuvieron un pequeño encuentro en la sede de Naciones Unidas durante el inicio del periódo de sesiones de la Asamblea General de esa organización.
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La visita del presidente iraní sirvió para firmar nuevos acuerdos y para inaugurar obras ya finalizadas. De acuerdo al Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia, lo realizado fue lo siguiente:
.- Inauguración (mediante videoconferencia) de una planta lechera en Ivirgarzama (Departamento de Cochabamba).
- Inauguración de la sucursal en Santa Cruz de la Sierra de la Compañía Nacional de Petróleos de Irán
- Inauguración del hospital de segundo nivel que Irán ayudó a equipar en la ciudad de El Alto
Además, se firmaron varios acuerdos bilaterales:
Memorándum de Entendimiento en materia de Investigación y Desarrollo de Procesos para la Industrialización de los Recursos evaporíticos del Salar de Uyuni entre el Estado Plurinacional de Bolivia y la República Islámica de Irán.
Convenios Específicos para la Instalación y puesta en servicio del Centro de Hemodiálisis en la ciudad de Cochabamba y la ciudad de El Alto.
Estos hechos no dejan de ser buenas noticias, sin embargo la relación entre Irán y Bolivia, iniciada en Septiembre de 2007 aún dista de ser profunda o de dar frutos importantes. Los 1.000 millones de dólares de ayuda iraní prometidos no se han materializado, el intercambio comercial casi no existe y a pesar de las visitas bilaterales de alto nivel (Evo Morales visitó Irán en Septiembre de 2008 donde prometió que la embajada boliviana en Egipto se trasladaría a Irán, cosa que aún no ha sucedido, además de varias visitas ministeriales) aún resta mucho por hacerse. Bolivia es una muestra más de relaciones retóricas más que reales.
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