Estados Unidos a Irán

A pesar de las respuestas poco alentadoras desde Teherán, Washington sigue insistiendo (por ahora) en esstablecer un nivel de confianza aceptable entre los dos países. Ayer mismo, Richard Burns, vice secretario de estado para asuntos políticos y quien encabezó la delegación norteamericana en los encuentro G-5 + 1 con Irán en Ginebra y Viena, dio una conferencia en el Middle East Institute donde refiriéndose a Irán dijo lo siguiente:

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Refiriéndose al aniversario de la toma de la embajada de los Estados Unidos en Teherán en 1979: "Este aniversario es un recuerdo vívido de la hostilidad entre nuestros gobiernos que le ha costado mucho a ambas naciones. Seguramente los iraníes también tienen su propia lista de quejas. Lo importante es saber si podemos ir más allá de ese turbulento pasado para asegurarnos que ese antagonismo y esas sospechas de nuestro pasado no definan el futuro de las relaciones entre Estados Unidos e Irán"

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"El Presidente Obama ha dejado claro que por nuestra parte queremos mirar hacia adelante. Queremos una relación con la República Islámica de Irán basada en intereses compartidos y en el respeto mutuo. No buscamos un cambio de régimen. Hemos condenado los ataques terroristas contra Irán. Hemos reconocido el derecho de Irán de desarrollar su tecnología nuclear con fines pacíficos. Junto con otros miembros de la comunidad internacional, hemos demostrado nuestra disposición a tomar medidas de construcción de confianza, incluyendo nuestro apoyo a la iniciativa de la AIEA de ofrecer combustible para el reactor nuclear de Teherán. Junto con nuestros socios de la comunidad internacional estamos listos para un diálogo serio con Irán para ver como podemos resolver las dudas que desde largo tiempo tenemos sobre la finalidad exclusivamente pacífica de sus ambiciones nucleares, dudas que se han visto reforzadas por las recientes revelaciones de una planta de enriquecimiento clandestina cerca de la ciudad de Qom. Con nuestro socios de la comunidad internacional estamos listos para tomar el camino de la cooperación, no la confrontación, la integración, no la oposición. Todo eso depende de las decisiones que haga Irán y de su propia disposición para afrontar sus obligaciones y responsabilidades internacionales.

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Luego de criticar la respuesta del gobierno ante las manifestaciones populares en Teherán, Burns concluye: "Tenemos ante nosotros una oportunidad histórica que no durará por siempre. Las conversaciones que tuvieron lugar en Ginebra el mes pasado son un comienzo constructivo. Sin embargo, las tácticas de estas semanas han sido menos alentadoras y ni nosotros ni nuestros socios estamos interesados en hablar por el solo hechode hablar. Hay mucho en juego, no solo para Irán sino para toda la región que no necesita más tensiones ni carreras armamentísticas, para la credibilidad del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, para el futuro de la AIEA y el régimen de no proliferación. Es tiempo de que Irán decida si quiere centrarse en el pasado, si quiere permanecer pensando en enemigos reales o imaginarios, o por el contrario tomar una decisón positiva sobre el papel que desea desempeñar en el escenario internacional".