La revista The National Interest ha publicado un interesante artículo de Bruce Riedel titulado "If Israel attacks". Según el autor un ataque israelí a Irán no solo generaría grandes problemas regionales (particularmente en Afganistán) sino que a contrario de lo sucedido con Irak en 1981 y con Siria en 2007 no serviría para que el gobierno iraní abandone sus voluntad de continuar con su programa nuclear.
Riedel sostiene que "persuadir a Israel de que no ataque a Irán significa en realidad convencer a Israel de que abandone su monopolio nuclear en Medio Oriente". Para que Tel Aviv acepte esa postura habría que aumentar la capacidad de disuación israelí frente a Irán y una buena manera sería reavivar un viejo proyecto, el de incluir a Israel dentro del "paragüas nuclear norteamericano a través de un tratado de seguridad bilateral o considerando el ingreso de ese país a la OTAN o ayudando a perfeccionar el sistema antimisiles Arrow".
Es interesante lo que el autor dice con respecto a Irán, "en el pasado el gobierno de Teherán ha evitado cuidadosamente tomar decisiones que llevarían a consequencias catastróficas para Irán". Lo que reconoce es que las acciones iraníes tienen un nivel de racionalidad más alto de lo que se suele reconocer desde posiciones alarmistas.
En definitiva, el artículo reconoce que Irán representa un pelirgo para Israel y no para Estados Unidos, que el supuesto mesianismo extremista de los decisores iraníes no es tan cierto y que Washington debe tomar medidas para evitar una situación peligrosa para todos.
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