Se ha anunciado oficialmente que el presidente libanés, Michel Suleiman, visitará durante el 24 y 25 de Noviembre próximos Irán acompañado de una importante comitiva. Tal como lo habíamos señalado hace unos días se trata de la tercera visita, en pocas semanas, de importantes personalidades políticas libanesas luego de las visitas de Michel Aoun y de Emile Lahoud.
Las relaciones irano-libanesas se han profundizado en los últimos tiempos y ya no se reducen a contactos entre el gobierno iraní y miembros de Hezbollah. Todo parece indicar que la disminución de la influencia siria en Líbano ha generado un espacio para que el gobierno de Teherán estreche sus lazos con las distintas fuerzas políticas libanesas.
Entre Siria y Teherán ha muchos intereses comunes pero también hay intereses divergentes. Ayer por la tarde el Ministro de Relaciones Exteriores iraní, Manoucher Mottaki, se ha reunido en Damasco con el Presidente sirio Bashar al Assad para discutir temas de la agenda bilateral. No solo se ha hecho público el apoyo iraní a la posición siria luego del ataque que fuerzas de la coalición internacional en Irak realizaran en territorio sirio, sino que ha habido lugar para temas de carácter económico.
Reunión entre Bashar Al Assad y Monoucher Mottaki
La semana pasada se realizó en Teherán la octava reunión del Comité sirio-iraní de Industria, presidido por el Ministro de Industrias y Minas de Irán, Alí Akbar Mehrabien, y su contraparte siria, Fouad Issa Aljouni. Este comité impulsa proyectos conjuntos que están comenzando a dar sus frutos como es la puesta en funcionamiento de la Fábrica de Cemento en Hama (Siria).
A pesar de estos avances en la relación bilateral, todo parecería indicar que cuando se habla del Líbano los intereses sirio-iraníes tienen pocos puntos en común. El asesinato de Imad Mugnieh en Damasco a inicios de este año y las negociaciones de paz sirio-israelíes parecen enturbiar aún más la histórica relación entre estos Damasco y Teherán. Recordemos simplemente, que Siria fue el principal apoyo del gobierno iraní durante los años de la guerra Irán - Irak (1980-1988) aunque en este caso el cemento de la relación era la mutua oposición a Saddam Hussein.
Los gobiernos israelí y norteamericano han manifestado veladamente en los últimos meses que una incorporación internacional plena de Siria pasa por disminuir sus vínculos con Teherán, resta ver si esta política del palo y la zanahoria surte efecto o, para decirlo en otras palabras, si la zanahoria que se le ofrece a Siria resulta tan apetitosa como para romper con Teherán. No creemos que una ruptura pueda darse entre estos dos países, lo que sí se evidencia son ámbitos donde las fricciones son cada vez mayores. No es solo el caso libanés sino también la creciente influencia shiita en Siria. No se trata sólo de la gran cantidad de peregrinos iraníes que visitan los centros shiitas en Siria (fundamentalmente Saida Zainab) sino también el proselitismo shiita entre los refugiados iraquíes que viven Damasco.
El gobierno sirio ha hecho del mantenimiento del equilibrio (siempre precario) su política de estado, y no conviene ciertamente a sus intereses que el mismo sea alterado. La enorme cantidad de refugiados shiitas iraquíes, la influencia de asociaciones religiosas shiitas y la radicalización de algunos sectores sunnitas debido al efecto contagio de lo que sucede en Irak son elementos que agregan preocupación al gobierno de Bashar Al Assad. Si Damasco percibe estas acciones como amenazas al equilibrio que garantiza su seguridad interna seguramente estos temas se colarán en la agenda bilateral sirio-iraní.
En definitiva, en un contexto de debilidad del papel regional sirio, Irán ocupa espacios que antes ocupaba Damasco, como se evidencia en el caso libanés.
Sin embargo, si los Estados Unidos han mostrado el palo a Siria con el ataque de la semana anterior es porque la zanahoria, hasta ahora, no ha dado ningún resultado. Con esta agresiva política Washington puede obtener un resultado distinto al esperado ya que las relaciones sirio-iraníes podrían reforzarse a pesar de las diferencias señaladas simplemente porque Siria tiene pocos amigos y su posición regional es bastante precaria.
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