domingo, 5 de abril de 2009

Un tango venezolano




La página web de noticias "Rooz On Line" acaba de publicar una viñeta titulada "El último tango" donde se puede ver bailando al presidente venezolano Hugo Chávez y al presidente iraní Mahmud Ahmadineyad.


Chávez ha realizado una visita de cuatro días a Irán donde entre otras cosas inauguró junto con su par iraní un banco irano-venezolano, un proyecto acariciado por Chávez desde hace varios años y que según sus declaraciones servirá para financiar proyectos industriales y de cooperación, a la vez que la prensa hablaba de un nuevo G-2 (Irán y Venezuela) con su propia receta ante la escasez de créditos en el sistema financiero internacional en el momento en que el G-20 se reunía en Londres para plantear posibles soluciones a esta crisis.


Sin embargo, y volviendo a la viñeta publicada en Rooz On Line, una publicación afín al sector reformista y que se publica en Paris, demuestra al relacionar al tango con Venezuela un gran desconocimiento de la realidad cultural latinoamericana. Venezuela y Argentina (verdadera cuna del tango junto con Uruguay) no se encuentran cercanos ni geográfica ni, en muchos sentidos, culturalmente, más allá de compartir un idioma común.
La publicación no se ha dado cuenta del error lo que demuestra una percepción simplificada de la realidad latinoamericana, sería como decir que Um Kulthum o Fairuz son iraníes. Este pequeño gran error demuestra que las relaciones entre América Latina e Irán, si desean verdaderamente ser fortalecidas y planteadas con una vocación de perdurabilidad, necesitan más de conocimientos culturales que de inversiones conjuntas.
Si bien este ha sido un error de un periodista no significa que los decisores políticos tanto iraníes como latinoamericanos no puedan correr el mismo riesgo.
Cuando los políticos pasan la cultura queda, la mejor manera de fortalecer los lazos entre nuestras dos regiones es a través de la cultura: idioma, historia, literatura, música. Un verdadero acercamiento puede ser iniciado por políticos pero es cimentado por los pueblos.
En estos momentos cuando Irán y Venezuela están discutiendo un plan para los próximos diez años de las relaciones bilaterales debería prestarse especial atención a cual es el lugar que ocupan los proyectos culturales. Esa es la clave para determinar si se trata de un acercamiento entre gobiernos o la voluntad de acercar a los pueblos basado en la ampliación y profundización del conocimiento mutuo.

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