Mientras que Irán intenta ampliar su influencia en Irak y la región del Golfo, estas actitudes no pasan desapercibidas para otros actores regionales. La creciente inestabilidad Sirio- Libanesa se ha convertido en el escenario donde los actores regionales intentan dirimir sus diferencias.
No es un secreto que Arabia Saudita no ve con bueno ojos el esteblecimiento de un Irán hegemónico y que ha fortalecido al movimiento libanés de Saad Hariri (el hijo del asesinado Rafik Hariri) como una manera de limitar el poder de Hezbollah (aliado de Siria y de Irán).
La agencia de noticias iraní Press TV acaba de publicar un artículo donde afirma que el asesinato de Imad Mugnieh fue obra de Israel (no habría muchas novedades en este afirmación) utilizando información brindada por Arabia Saudita (aquí reside la afirmación interesante).
Todo indica que durate los próximos años la línea de demarcación regional pasará por quienes son los aliados de Arabia Saudita y quienes los de Irán. Esa es la lucha que se manifiesta en Irak y en Líbano, dos de los puntos más calientes.
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