Uno de los temas centrales de la política exterior de los Estados Unidos es su relación con la República Islámica de Irán. La administración Bush durante los últimos ocho años con su estrategia de confrontación no ha logrado ningún resultado positivo sino que ha alejado aún más las posiciones de estos dos países que luego de los atentados del 11 de Septiembre de 2001 habían comenzado una tímida cooperación puesto que el régimen de los Talibanes era un peligro tanto para Washington como para Teherán. Si embargo el discurso del estado de la Unión en enero de 2002 situó a Irán en el "Eje del mal" lo que no facilitó las relaciones en el último tramo de la presidencia de Mohamed Jatmí. Luego, a partir de 2005, la llegada al poder de Mahmud Ahmadineyad, el reinicio del programa nuclear iraní y la falta de visión estratégica norteamericana han enfriado aún más, sies que fuera posible, la tensa relación bilateral.
Sin embargo, y a nivel regional, Irán tiene hoy más influencia que en 2005 y en 2001 y la no consecución de los objetivos norteamericanos invita a un cambio de estrategia, que es precisamente lo que está comenzando a hacer la nuevaadministración.
El vice presidente nortemericano, John Biden, en su discurso ante la 45 Conferencia de Seguridad de Munich señaló el sábado 7 de Febrero:
"Buscamos negociar. La negociación debe estar en el centro de nuestros esfuerzos colectivos para convencer a Irán, por ejemplo, de que abandone el desarrollo de armas nucleares. El pueblo iraní es un gran pueblo; la civilización iraní es una gran civilización. Sin embargo, Irán ha actuado de una manera que no es buena para la paz de la región o el bienestar de su propio pueblo. Su plan nuclear ilegal (contrario al derecho internacional) es un ejemplo de ello. Nuestra administración está reviendo nuestra política hacia Irán, y esto es my claro: Estamos dispuestos a hablar. Hablaremos con Irán y le ofreceremos una opción clara: Si continúan con su actual política habrá más presión y aislamiento, si abandonan el plan nuclear y su apoyo al terrorismo y habrá importantes incentivos".
Más allá de la dureza de las palabras no hay duda de que se trata de un cambio en la postura ya que la nueva administración norteamericana está por lo menos dispuesta a hablar con Irán sobre temas bilaterales, algo que ni se habría sugerido publicamente en los últimos ocho años (Lo que si ha habido han sido algunos contactos en cuanto a la situación de Irak y Afganistán como problemas de impacto regional).
Ayer, el Presidente Obama ha señalado en una conferencia de prensa que "En los próximos meses vamos buscar una apertura que propicie que nos podamos sentar en una mesa cara a cara; aperturas diplomáticas que nos permitan mover nuestra política en una nueva dirección".
Por su parte, el Presidente iraní señaló que "Iran da la bienvenida a los cambios que se están produciendo en la nueva administración norteamericana y que Teherán está dispuesta a contribuir a la resolución de los principales problemas internacionales".
Si cada vez resulta más claro que los Estados Unidos están rediseñando su política hacia Irán, la pregunta que podríamos hacernos es: ¿Está haciendo lo mismo la Unión Europea?.
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